19 dic 2009

Productos buenos, productos malos

Las marcas están sufriendo una competencia feroz por parte de la distribución en un contexto de crisis donde el precio es uno de los factores de decisión más valorados por el consumidor. Las marcas blancas parten con ventaja ya que su estrategia comercial se basa precisamente en ofrecer un producto de calidad a un precio menor. Por un lado digo "de calidad" porque, no nos equivoquemos, la calidad de producción es buena o muy buena situándose al nivel de las marcas que, en muchos casos, fabrican para la distribución. Si además tenemos en cuenta que las cadenas de distribución han mejorado sustancialmente la atención al cliente nos encontramos con un consumidor satisfecho que percibe una notable calidad en las marcas blancas. Por otra parte, estos productos están disponibles a un menor precio como consecuencia de una eficiencia en costes de todos los eslabones de la cadena de suministro hasta la puesta del producto en el punto de venta.
Frente a esta situación las marcas se han lanzado a una lucha encarnizada por fidelizar a sus clientes al mismo tiempo que practican políticas de descuentos y promociones. Por el momento la batalla la gana la distribución y yo me pregunto: Si la calidad es similar... ¿no sucederá que el consumidor se ha dado cuenta de que estaba pagando un coste mayor por un producto que no lo valía? ¿acaso las marcas aplicaban un alto margen? Entonces, si el producto no ha sido mejorado y el servicio al cliente tampoco ¿qué políticas de diferenciación han desplegado las marcas?

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